domingo, 6 de mayo de 2012

Querido rey de la cabina, porqué llamamos amor al amor? 
Con lo que cuesta, con lo que duele, 
con lo tarda, con lo que arde, 
con lo que falta, con lo que quema, 
con lo que ausencia, con lo que tiene, 
con lo que viene, con lo que ahueca, 
con lo que silencia, con lo que canta, 
con lo que arruya, con lo que leche, 
con lo que vibra, con lo que abraza,
 con lo que olvida, con lo que vida, 
con lo que pajarito, pajarito...


Caracolito, tan poco mío y de nadie. 
Yo, 
que nunca te tendré. 
Y aunque no te lleguen mis correos, 
te escribo. 
Y aunque no sepa si los lees,
te escribo. 
Te escribía. 


Luis Pescetti.


 

miércoles, 1 de febrero de 2012

Instantáneas del día

Dibujo en hojas improvisadas con acuarelas baratas, sensaciones y latinoamericas. Sobre tierras y pobrezas con ojos lánguidos y piel curtida. Rebeldías y latitudes en donde la dignidad se impone y la bronca organizada crece y sonríe siempre mirando al sur. Epistemologías que crecen desde el pie, de abajo a arriba, como todo lo vivo. Como se sabe, no es nada extraño ni nuevo. Justamente.

Noches de debates y cervezas. Ojeras que traslucen esas pocas horas de sueño y los gritos de cancha que se llevan la espontaneidad y la política hasta el techo. Malos modales para las impolutas costumbres patricias, que esconden bajo sus blancos mandamientos 500 años de sangre y traición.

Nos reimos porque sí, de las berreteadas de los diarios oficiales (y oficialistas). Debatimos sobre los gustos de los sugus – y gana el azul, por supuesto -. El tiempo pasa sin mucha prisa ni preocupación, acompañados casi siempre por pizzas y este calor porteño que pesa casi tanto como un otro yo arriba mío.

Y te quiero a pesar de mis miedos a las peliculas de terror, a las cucarachas o a esta tendencia creciente de individualismo que a veces se vuelve risa - y a veces bronca-. Jodido caso de sabanas revueltas y sin excusas de alcohol - esa atenta sobriedad que es más intensa cada día-.

Mientras escribo sobre socialismo y me dejo el cuerpo en esta urbe cubierta de monóxido de carbono y elocuentes edificios bajo esa creciente especulación inmobiliaria. City con aromas de acá y de allá, total y altiva.

Porque entre cotidianeidades e ironías que se concentran en la panza con un aire extraño, piso charquitos y baldosas flojas.
Y me gusta tu piel en el desayuno.
Te quiero y tengo miedo de tu cocina improvisada y de tus cosquillas que saben a inocencias.

Tengo, entonces, un extraño caso de jodidez.

martes, 10 de enero de 2012

Viceversa

Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte

tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte

tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte

o sea
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.