-Frecuentemente el hombre se cree con la capacidad de abarcar el infinito- nos decía Estanislao Balder. Discusiones que siempre surgen de tanto en tanto en alguna reunión. Tantas veces proyectandonos hacia una perfección que sabrá Dios si existe, una vision platónica que aun persiste cuando siquiera apenas seremos sombras de lo que soñamos ser. No es una visión fatalista asumirnos mundanos e imperfectos, detalles que te hacen único como un acto heroico y valiente de sabernos débiles y accidentales.
Resulta absurdo querer establecer visiones antropológicas si apenas creo en ellas, escéptica a creer en verdades reveladas pero imposible no pensar en ello, es esa terrible fatalidad del destino que angustia a algunas almas curiosas. Reconocerse tan contradictorio, lleno de pasiones encontradas, revalorizando sentimientos que no lograron ser tan populares para este mundo posmo, moderno e incluso "globalizado". El marketing no se ocupó de ellos, nadie quiere venderlos aunque quizá pocos se atrevan a comprarlos. No es tarea fácil asumirlos, convivir con ellos, pelear y discutir. A veces resulta tanto más cruenta la lucha contra uno mismo que contra el mundo. Los molinos de viento realmente parecen dragones.
Muchos creen estar ante puras quimeras, palabras vacias (aunque en realidad son vaciadas de contenido). La pluraridad que me permite la expresión es sólo un intento de catarsis, un alivio momentáneo. Como un tango, nostálgico y profundo, que desgarra el alma con su voz. Expresión fina y apasionada, donde las vanidades se disuelven en la nada, donde el alma misma se arrastra y ensucia para luego volver a levantarse. Es incluso romántico.
Entonces reivindicar la imperfección me resulta hermoso y necesario, no por eso quiero aludir a la conformidad ni al conformismo, sino por asumirnos reales y sublimes. Tan pasajeros y cambiantes como todo. Es volver a considerar algo tambien de nuestros ideales olvidados que estan frente al paredón porque ya no son rentables, porque el mundo le dio la espalda a ciertas esperanzas. La utopía esta siendo derribada sin pudor! pero qué somos o qué nos proyectamos de nosotros sino es con la fuerza de ella. Es verdad, quiza la vida esté hecha mayoritariamente de pequeñas frustraciones más que de victoriosas y efimeras victorias. No obstante, como cierto rey dijo alguna vez, vivir sólo cuesta vida y no creo que a la eternidad le importe algo de la corta y finita existencia humana.
Resulta absurdo querer establecer visiones antropológicas si apenas creo en ellas, escéptica a creer en verdades reveladas pero imposible no pensar en ello, es esa terrible fatalidad del destino que angustia a algunas almas curiosas. Reconocerse tan contradictorio, lleno de pasiones encontradas, revalorizando sentimientos que no lograron ser tan populares para este mundo posmo, moderno e incluso "globalizado". El marketing no se ocupó de ellos, nadie quiere venderlos aunque quizá pocos se atrevan a comprarlos. No es tarea fácil asumirlos, convivir con ellos, pelear y discutir. A veces resulta tanto más cruenta la lucha contra uno mismo que contra el mundo. Los molinos de viento realmente parecen dragones.
Muchos creen estar ante puras quimeras, palabras vacias (aunque en realidad son vaciadas de contenido). La pluraridad que me permite la expresión es sólo un intento de catarsis, un alivio momentáneo. Como un tango, nostálgico y profundo, que desgarra el alma con su voz. Expresión fina y apasionada, donde las vanidades se disuelven en la nada, donde el alma misma se arrastra y ensucia para luego volver a levantarse. Es incluso romántico.
Entonces reivindicar la imperfección me resulta hermoso y necesario, no por eso quiero aludir a la conformidad ni al conformismo, sino por asumirnos reales y sublimes. Tan pasajeros y cambiantes como todo. Es volver a considerar algo tambien de nuestros ideales olvidados que estan frente al paredón porque ya no son rentables, porque el mundo le dio la espalda a ciertas esperanzas. La utopía esta siendo derribada sin pudor! pero qué somos o qué nos proyectamos de nosotros sino es con la fuerza de ella. Es verdad, quiza la vida esté hecha mayoritariamente de pequeñas frustraciones más que de victoriosas y efimeras victorias. No obstante, como cierto rey dijo alguna vez, vivir sólo cuesta vida y no creo que a la eternidad le importe algo de la corta y finita existencia humana.
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